miércoles, 20 de febrero de 2013

Pareja






PAREJA

MARIA DOLORES PAOLI

Recorremos la vida buscando una pareja que nos haga feliz, que nos haga sentir completos que aporte a nuestra vida la motivación de seguir viviendo satisfaciéndonos física, emocional, mental, económica y socialmente, buscando afuera aquello que creemos no ser capaces de sentir por nosotros mismos.

Vamos de pareja en pareja buscando el amor auténtico y verdadero. Cuando nos enamoramos nos sentimos dueños del mundo, nos sentimos expandidos porque hemos contactado el amor. Este, el estado natural de nuestro ser, por ello, cuando nos enamoramos nos sentimos bien pues hemos contactado nuestra verdadera cualidad. Es en ese momento cuando dejamos de estar contraídos, nos sentimos ligeros, y cuando al ver a la otra persona nuestro corazón late más rápidamente, se expande, hasta nos falta el aire porque no podemos contener nuestra expansión, la sonrisa se manifiesta, el mundo cobra significado y sentimos el propósito de nuestra vida, el compartir con la otra persona. ¡Ya no estamos solos!
El relacionarnos y sostener una permanencia con la pareja es lo que nos presenta el reto, la dificultad, no el enamorarse .

El encontrar el verdadero amor requiere primero descubrir y abrazar al auténtico ser dentro de uno y desde ese espacio de conocimiento de sí mismo, atraer, a aquella persona con la cual caminaremos juntos el sendero de la vida y con la cual creceremos.

El verdadero amor no viene de controlar ni poseer sino de respetar y confiar, de comunicarse en vez de asumir lo que la otra persona debe de dar o decir, preguntar en vez de precipitarse a conclusiones. Es reconocer, minimizar las aristas que ambos tienen en vez de pelear o de entrar en el juego de poder, pero a su vez, luchar por lo que se quiere en vez de abandonar, sostenerse centrado a través de los malentendidos, sentimientos heridos, emociones desbocadas, confiando plenamente que a través del amor y el compromiso entre ambos todo puede ser sanado. El verdadero amor viene de la gratitud, de la apreciación de la otra persona, atesorándola porque es el vehículo de manifestación de amor no de la exigencia.

Para llegar a encontrar el verdadero amor, se requiere primero tener una relación armónica, centrada con uno mismo pues la base del tipo de interacción que se atrae en la vida, está enraizada en cómo nos tratamos. Esta relación establece el principio de dar y recibir amor.

Las relaciones de pareja hacen de espejo de emociones o situaciones que aun no se han resuelto en el corazón, por ello se manifiestan como figura o fondo, del equipaje personal que se aporta a la relación, el cual hay que revisar bien sea para canalizar o para fomentar.

Para lograr una buena imagen reflejada en el espejo de la relación de pareja, es necesario contactar con las experiencias de vida que se han vivenciado, sanar los dolores infantiles, las expectativas no satisfechas, identificar las emociones básicas de temor, culpa, resentimiento, rabia, con las personas que protagonizaron la historia emocional hasta ese momento, pues el espacio que impulsa el amor a sí mismo es el mismo que atrae el verdadero amor, pero si se encuentra escondido y opacado debajo de las emociones antes mencionadas no se puede contactar. Por ello, la mayoría de las personas pasan la vida vagando de persona en persona buscando aquello que está oculto por las emociones no identificadas. Por ejemplo: Si una persona constantemente se critica, se descalifica cuando algo le parece inadecuado de sí misma, en vez de aprender del error y canalizar, enmendar, o afianzarse en sus cualidades positivas y potencializarlas, atraerá a una pareja descalificadora, criticona pues el temor expresado en rigidez a sí misma no le permitirá atraer a alguien amable, considerado, respetuoso y ésta le hará de espejo de lo que no quiere ver en sí misma.

Muchas personas no tienen idea de cómo darse a sí mismas lo que están buscando afuera y por ello la mayoría de las relaciones de pareja son de niño herido a niña herida, pues aun no se han dado el permiso de sanar y superar los dolores de la infancia y lo que no se ha solucionado con papá o mamá, lo que no se les ha perdonado, la vida lo pone a través de la pareja para verlo desde otro ángulo y tratar de solucionarlo. Sólo entonces, cuando se conoce a sí mismo es que se puede elegir consciente y voluntariamente el verdadero amor para que sustente y acompañe en la vida.

El amor atrae más amor, por ello se requiere sentirlo hacia nosotros mismos primero, sustituyendo los temores por fe en el proceso de la vida, el resentimiento hacia los demás por amor a sí mismo para no seguir anclado a cualquier impacto emocional del pasado. El amarse requiere creer en la propia valía conectando, sintiendo, a través del corazón la fuente inagotable universal del Amor. Es reconocer y honrar las necesidades individuales, practicando desde los pequeños detalles de consideración, hacia el ser sin sacrificarnos.

Atrévete a darte el permiso de conocerte a ti mismo primero para darte una verdadera oportunidad de atraer el verdadero y auténtico amor y poder expandirte como ser humano!



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